Soy tan correcta como un uniforme, tan dulce como la miel, tan elegante como un vestido de cola , tan armoniosa como el amanecer, tan tranquila como la marea baja, como veis me defino en palabras, toda mi familia dice que mi sonido es casi el más bello de todos.. tan fino..
Qué sería de mí si no tuviera mis magníficas cuerdas, tan solo para manejarlas tienes que ser un gran experto en mi cuerpo..
Junto con mi hermana preferida la guitarra, somos los instrumentos de cuerdas punteadas de una mayor importancia , cuando estamos encima de un escenario, nuestro acompañante da lo mejor de él.
Si yo fuera un pastel te engatusaría como el azúcar, si fuera seda sería más suave y más dulce de lo que soy , si fuera el cielo , te llevaría con tan solo una nota musical, te aseguro que te envolveré en sueño de sensaciones y bienestar, con esa melodía tan dulce, que tan solo puedo dar, si cierras los ojos en una nube creerás estar , esa brisa de melodías que te creerás volar.
Ayer la tuve entre mis manos,
callada, como el arpa adormecida,
el alma en un rincón, despechada, fría,
recubierta de olvido y supe
que jamás de ella saldría una sonata,
nueva melodía.
Nunca pensé que un viento,
sediento de emociones te traería,
como una nota, removiendo
arpegios de silencio
hambrientos de versos, de ternura,
inesperada, vibró de nuevo
en las cuerdas de mi vida.
Fuiste cuerda, viento huracanado
que pasó rozando el arpa
en el rincón, callada y fría.
Apenas arrancabas un sonido,
apenas encendías luces, alegrías,
apenas encadenabas la ilusión
con los poemas, cuando el arpa,
a tu contacto, fue explosión,
fue vida, breve vida.
Y yo escuché, antes de irte,
antes de dejarla inacabada,
la última sonata que, de los cielos
para que tú la tocaras,
iniciada quedó en el panel
de mi alma dormida.
Yo perdí, me dejaste,
rota y en pedazos, el arpa
en su rincón, de nuevo sin melodía.
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