miércoles, 17 de junio de 2015

Crónicas de mis volantes. Natalia Menacho.


Aquel movimiento de baile, ese movimiento de falda y ese sonido al golpear mis tacones, que me gusta a mí, que me gusta a mí.
Yo soy aquella que hago que las personas al ponerme en sus cinturas, se sientan seguras, se sientan felices.
Soy aquel movimiento que hace que se ponga la piel de gallina, acompañado de esos tacones y de ese ¡arte!
Aquella flor puesta en la cabeza, debe estar siempre bien tiesa.
Montarte en un escenario y poder disfrutar de lo que más me gusta es fenomenal.
De vuelo soy y volar en unas nubes a la gente hago, una textura que tengo suavecita. Visto un color negro intenso como los ojos de la muchacha que me baila tan bien. Cuando suena música con ritmo lento me muevo con más elegancia, cuando suena música con mucho ritmo me muevo con más salero. Alguna que otras veces también tengo fallos.
Un buen día cualquiera me enrollé en la elegancia del tacón, pero como siempre hay que seguir adelante.¡OLE!

POEMA
El baile flamenco me arraiga a esta vida dando cuerda a mis pasiones
y me pone en lucha con ellas,
en lucha con la ira y con el amor, con la pena y con el dolor.
El baile flamenco me arraiga a esta vida calmando mi sed.
Sed de saber, sed de querer, sed de tener, sed de justicia.
Sed de ser libre.
Sed de SER.
Sed de paz libre reaviva mis pasiones y
me pone en lucha con ellas, alivia y
mi dolor nutre mis deseos acariciando mi corazón.
Es sin duda un delicioso y doloroso placer a la vez,
sin el cual quizá no estaría hoy aquí. La Tate.

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