Me construyeron en 1969, en un
hotel de Sevilla. Era una de las más modernas del mundo, ¡con chorros de agua
impulsados por sonidos supersónicos, un trampolín de 15 metros de alto y
un jacuzzi con agua del Himalaya!.
Me llamaban Pi y decían que mi nombre sabía a cloro, avispas y juventud, yo no lo entendía pero me gustaba
porque Pi me sonaba a matemáticas o a algo por el estilo.
¡Qué tiempos aquellos! Era un hotel
de lujo, uno de los primeros, costaba 33.000 pesetas la noche, venía actores de
Hollywood como Sean Connery y Tony Curtis.
Al tener tantos grandes personajes
en ti estás en otro nivel y te sientes importante. Todas las noches se
bañaban en mí y bebían en el bar que estaba en medio de mí.
Pero vino una época de crisis y el
hotel quebró, en ese momento me sentí desvalido, con ganas de hacer
de todo pero no poder hacer nada.
Me quedé allí durante años hasta
que en el 1994 una familia lo compró y
lo reformó, ya no era como antes pero a mí me gustaba más así, más acogedor
y familiar.
El hotel empezó a coger fama de
nuevo y, ¡llegamos a estar en el top 10 de hoteles más valorados por la crítica
hostelera!
A día de hoy es uno de los hoteles
más visitados del mundo y en las críticas lo que más valoran
FIN
Ondas en la Piscina...
Luna llena, noche
tibia, piscina disponible...
Mi diosa humana y yo,
besándole los pies.
Ahora que los
indiscretos se han ido, nos mojamos,
nos sumergimos, nos
acercamos, agitamos el agua...
Vamos a nadar estilo
Amantes,
surcando con los
cuerpos enredados.
Hasta el fondo, y mas
allá.
Tal vez en la orilla,
tal vez en el medio.
Quiero verte riendo a
gusto.
Me abrazo fuerte a ti
para flotar,
no quiero hundirme en
nadie mas.
Aún en el agua siento
tu fragancia
de rosas al almizcle
que me subyuga.
Nos hallamos ya en
agua hirviente de pasión,
en el trance delicioso
de los meneos amatorios,
que quedarán
permanentes en los registros de nuestra historia.
La Historia de hombre
y mujer que se vienen
entre oleaje de placer
eterno en agua dulce.
Nos vendremos a la
piel y a lo profundo, juntos.
Imposible que el agua
pueda contener todos los rugidos
de la lujuria al pie
de tu cuello suculento...
Y al culminar me
disipo en el azul
de tu amor profundo,
completo, insuperable...
Autor:SelenioE (seudónimo). Rafael Fernández López 2ºF
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