martes, 16 de junio de 2015

Pi, memorias de una piscina. Rafael Fernández.


Me construyeron en 1969, en un hotel de Sevilla. Era una de las más modernas del mundo, ¡con chorros de agua impulsados por sonidos supersónicos, un trampolín de 15 metros de alto y
un jacuzzi con agua del Himalaya!. Me llamaban Pi y decían que mi nombre sabía a cloro, avispas               y  juventud, yo no lo entendía pero me gustaba porque Pi me sonaba a matemáticas o a algo por el estilo.

¡Qué tiempos aquellos! Era un hotel de lujo, uno de los primeros, costaba 33.000 pesetas la noche, venía actores de Hollywood como Sean Connery y Tony Curtis.
Al tener tantos grandes personajes en ti estás en otro nivel y te sientes importante. Todas las noches se bañaban en mí y bebían en el bar que estaba en medio de mí.
Pero vino una época de crisis y el hotel quebró, en ese momento me sentí desvalido, con ganas de hacer de todo pero no poder hacer nada.


Me quedé allí durante años hasta que en el 1994 una familia lo compró y  lo reformó, ya no era como antes pero a mí me gustaba más así, más acogedor y familiar.
El hotel empezó a coger fama de nuevo y, ¡llegamos a estar en el top 10 de hoteles más valorados por la crítica hostelera!

A día de hoy es uno de los hoteles más visitados del mundo y en las críticas lo que más valoran
es la piscina, me siento como el fénix cuando resurge de sus cenizas.

FIN














Ondas en la Piscina...
Luna llena, noche tibia, piscina disponible...
Mi diosa humana y yo, besándole los pies.
Ahora que los indiscretos se han ido, nos mojamos,
nos sumergimos, nos acercamos, agitamos el agua...

Vamos a nadar estilo Amantes,
surcando con los cuerpos enredados.
Hasta el fondo, y mas allá.
Tal vez en la orilla, tal vez en el medio.
Quiero verte riendo a gusto.
Me abrazo fuerte a ti para flotar,
no quiero hundirme en nadie mas.

Aún en el agua siento tu fragancia
de rosas al almizcle que me subyuga.
Nos hallamos ya en agua hirviente de pasión,
en el trance delicioso de los meneos amatorios,
que quedarán permanentes en los registros de nuestra historia.
La Historia de hombre y mujer que se vienen
entre oleaje de placer eterno en agua dulce.
Nos vendremos a la piel y a lo profundo, juntos.

Imposible que el agua pueda contener todos los rugidos
de la lujuria al pie de tu cuello suculento...
Y al culminar me disipo en el azul
de tu amor profundo, completo, insuperable...

Autor:SelenioE (seudónimo).                                                          
Rafael Fernández López 2ºF

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