martes, 16 de junio de 2015

Historias de una pelota de plástico. Rocío González.

Hola, me llamo pelotita, soy una pelota hinchable. 
No soy muy grande, más bien soy una estatura media, de color azul y blanco.
En invierno me suelen tener en el trastero con todos los trastos viejos y cosas que no utilizan, pero cuando va llegando el calor me sacan y me quitan el polvo. Lo más divertido es cuando me inflan que me hacen cosquillitas o cuando me llevan de paseo en el coche a la playa o a la piscina. A los niños y los adultos les gusta jugar conmigo cuando están aburridos.
A veces cuando me da mucho el sol me pongo muy caliente y me meten en el agua, hay también puedo jugar de un lado para otro. Me gustaba ir más a la playa que a la piscina, hasta que un día me llevaron a Chipiona y cuando estaba jugando me choqué con una roca puntiaguda y me desinflé.
Entonces se fueron y me dejaron abandonada en la orilla de la playa y me arrastró una ola hacia el mar.

                                                     

Con una pelota de cuero
que hallé en la calle tirada
me divierto alegre y juego
con los chicos de la playa.

Ya la consideraba mía
por habérmela encontrado
y jugar con ella podía
por calles de la playa.

Hoy ha llegado su dueño
y su pelota ha reclamado
y entregársela ya debo
porque yo nunca he robado.

Adiós pelota hinchable,
adiós mi querida amiga,
voy a reunir dinero

para comprar otra parecida.

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