martes, 16 de junio de 2015

LA VIDA DE UNAS GAFAS DE SOL. LUZ Mª VALVERDE.


¡Hola! Soy las gafas de sol. 
Existo hace mucho tiempo y tengo unos cristales oscuros que gracias a ellos te puedo proteger para que no te dé el sol en los ojos. 
Hace tiempo salí de un sitio llamado fábrica, que es allí donde me crearon. Me metieron en una especie de caja donde estaban mis hermanos y algunos de mis primos. Nos metieron en un camión y nos llevaron a una tienda donde nos pusieron a todas en un escaparate. Allí había muchas gafas pero ninguna era como yo. Yo era entera negra y con perlitas blancas. Las demás eran de diferentes colores, distintas perlitas y distintos estampados, algunas con lunares otras con rayas y otras simples. 
Pasado un tiempo en el escaparate cuando ya me hice amiga de todas las gafas, entró una niña alta y con bonita sonrisa en la tienda. Esa niña entró y empezó a mirar las gafas de sol, me cogió y me llevó hasta el mostrador. Esa chica le dio unos billetes al chico de la tienda y me llevó hasta su casa. Esa misma tarde la chica se puso a tomar el sol y me puso sobre sus ojos. 
Mi color negro es parecido a la oscuridad y mis perlitas son blancas, pequeñas y tan brillantes que parecen sacadas del mar del Caribe. Soy de un material llamado plástico, estoy dura y a la vez soy frágil, ya que mis cristales se pueden romper si me caigo al suelo. 
Me gusta donde estoy ahora pero en el escaparate donde estaba antes era más tranquilo, era un escaparate con un cristal donde las demás gafas y yo veíamos a las personas pasar y estábamos muy tranquilas. Un día mi dueña estaba paseando por la calle y me llevaba puesta sobre sus ojos, de repente ella saltó y yo me caí al suelo, a mi dueña no le dio tiempo de cogerme y me aplastó un camión con sus ruedas. Estas palabras las digo desde el cielo, donde me encuentro ahora.


POEMA
A UNOS OJOS…
A toda bella dama,
yo le pido un favor:
¡No escondas más los ojos
tras unas gafas de sol!
Estas robando al mundo
belleza y alegría,
consuelo y esperanza,
placidez y candor.
¡Malditas gafas negras!
¡Maldito su inventor!
Seguro que en sus ojos
nunca habitó el amor.

Adaptación de: Gutierre de Cetina.

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