MICRORRELATOS
Al entrar en aquel autobús, me llegó de repente un fuerte olor a pies. Procedía de las primeras filas de asientos, concretamente la tercera por mi derecha. Allí depositaban sus nalgas dos enormes bolas de grasa. No me equivoqué , eran ellos. Por desgracia, y por mi mala suerte, el único asiento libre de ese pequeño autobús de pueblo estaba justo al lado de ellos. Los dos comían queso y leche. Eran de película, sus bigotes rubios estaban manchados de una mezcla pastosa de lo que ingerían si remordimientos. Pero cuando bajé la mirada hasta sus gordos pies no pude evitar salir corriendo del autobús y derramar mis jugos gástricos en el acerado...sus pies estaban bañados en algún tipo de líquido asqueroso como mantequilla y en sus uñas volaban miles de moscas verdes.
Las luces parpadeaban en la discoteca con colores diferentes.La música sonaba y ella me miraba mientras bailaba. Sabía lo que quería, aunque se hiciese la dura, fuimos acercándonos cada vez más y más hasta que acabamos bailando sin parar.
La calle estaba desierta. En la lejanía asomaban los focos de un gran vehículo que se acercaba, era un Audi Q7 en rojo, con llantas cromadas y 270 CV de potencia. Era Cristiano Ronaldo,tras su fracaso en esta temporada, ha decidido cambiar de ciudad, irse lejos. Es muy ambicioso y sabe que aunque marque 41 goles en una liga nunca podrá ser mejor que Lionel Messi o al menos de momento, pero sabe que va a ser casi imposible y a decidido retirarse y vivir de los millones que ha ganado injustamente.
La clase estaba alborotada. Manolito tiraba aviones de papel de fabricacion propia, en medio de la clase un pirámide de mesas se lenvantaba hasta tocar el techo, sería una foto bastante artística. Miriam se entretenía usando pegamento en el asiento del profesor , yo me encargaba con otros muchos de colocar muebles en la puerta para evitar que el señor con bigote que se encontraba justo al otro lado de la puerta no pudiera pasar.
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