Era el zopuesto. El día estuvo azorronao. En ese momento, un candilazo llamaba la atención de todas. En el pueblo todo discurría con normalidad.
Luisa, una mujer caliosa como ella sola, estuvo todo el día ehcombrando la macetilla de la escalera y el zoberao, al que dio un flete de bandera, con jocifa y zollinaó incluidos. De vez en cuando, bajaba las escaleras con el bambo gris salpicado de cal y ese roete inconfundible que la delataba y, a través del postiguillo, observaba a sus hijos. Estos habían dibujado un téjele en la casapuerta y se llevaron todo el día jugando.
De inmediato se hizo de noche. Su marido, "El Minini" llegó del campo, un pejualito que tenía por las Carrascosas, y soltó las pergañas por el corredor. Sus hijos entraron gritando. Pepe, el mayor, llegó con los brazos zollao y con una mosqueta. Según le contaron a su madre, pasó por la puerta de la casa una harca de jóvenes que iban de hopeo, le tiraron pelotes, se asustaron, salieron corriendo y Pepe cayó dándose un fuerte zurriagazo en el zolao. Luisa, que sabía como tratarle, le dio un cohcón y se durmió. Mientras tanto, "El Minini", movía el zoplaó de un lugar hacia otro de la sarteneja para encender la copa. La noche se emperró en agua. Pronto comenzaron los auxilos. 3 El habla nos identifica como cultura. Es quizás el principal elemento diferencial de una cultura. En cada uno de los lugares de España se habla de modo distinto la lengua castellana. En Andalucía, como en otras comunidades autónomas del estado español, se habla el castellano de distinto modo en Sevilla que en Cádiz, en Granada que en Huelva, por citar algunos puntos de nuestra geografía. Pero esta diferente forma de hablar no hace a unos españoles o andaluces superiores a otros, sino distintos en el habla. Por esto, cuando digamos o escuchemos:
"Fulanito tiene los calzoncillos furrascados", "Vaya geró que traes hoy", "Se hizo una mosqueta", "Viene arreglá"…
por citar algunos ejemplos, con toda seguridad, nuestra amiga María, cordobesa de Puente Genil o Ángeles, una catalana de Barcelona, no nos entiendan. Y se las verán y desearán para entender un pequeño texto sobre la vida cotidiana en Lebrija, como el que sigue:
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