El puesto de pescado del mercado estaba abarrotado. Había calamares, chocos, boquerones y sardinas. Pero yo iba con mi tía que es muy floja y tacaña, le pedí que me comprara un choco para hacerlo a la plancha y no quiso comprarlo porque valía seis euros y había que hacer cola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario