(Ver el mito de Lidia) Teseo le ganó al Minotauro, arruinó para siempre la
vida de Dédalo, huyó de Creta junto a Ariadna y se escapó del laberinto. Esto enfureció tanto a Minos con Dédalo que lo encerró en el laberinto
junto a su hijo, y dejó a dos guardianes en la puerta para que no saliera.
El hijo de Dédalo se llamaba Ícaro y estaba a punto de cumplir catorce
años. Ícaro era travieso y atrevido, de pelo rizado y sonrisa pícara.
Tenía un carácter tan alegre que la gente de Cnosos lo adoraba, y cuando se
enteraron de que lo iban a encerrar en el laberinto se apenaron mucho.
A Dédalo se le ocurrió una idea muy alocada, era crear unas alas. En el
laberinto llevaba desde que tenía nueve años y tenía muchos materiales. Las
alas las creó con cañas unidas con cera y forradas con plumas, entonces
salieron volando del laberinto, pero Dédalo advirtió a Ícaro de que
no volara ni muy alto ni muy bajo. Ícaro no le echó cuenta y voló tan alto que
el sol derritió las alas y cayó al mar y murió.
esta muy bien :)
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